AGRADECIMIENTOS DE TAMARA MONTIGLIO B.

23.05.2017 20:58

La verdad es que nunca me imaginé que llegaría este momento, no sólo porque ese fue uno de los objetivos de la dictadura al hacerte desaparecer junto a tantos otros compañeros sino porque, en tu caso particular, era muy difícil, por no decir imposible, recurrir al ADN de familiares por línea materna para lograr tu identificación. Pero le doblamos la mano a la dictadura y hoy, no sólo tenemos la posibilidad de despedirte como se lo merece todo ser humano sino que, además, tenemos un fallo favorable por parte de la justicia italiana que, paradojalmente, fue más diligente que la chilena.
Hoy, no sólo contamos con una certeza histórica, sino que también con una certeza jurídica y otra científica, todas las cuales confirman la brutalidad con que fuiste asesinado junto a los colaboradores más cercanos del Presidente Allende. Enterarme de los pormenores en plena adolescencia no fue fácil pero, extrañamente, fue como confirmar lo que siempre supe, como completar el puzzle, lo cual no minimiza el dolor ni la pena, ni la ausencia tuya en fechas importantes, así como en la vida misma, en lo cotidiano. Me habría encantado que hubieras podido conocer a tus nietos (Bruno era igual a tí cuando recién nació), disfrutarlos, consentirlos, haberte podido pedir un consejo, abrazarte, darte un beso. Nada de eso fue posible, la vida quiso otra cosa.
No sé si te gustaría el Chile en el que vivimos, en lo que se ha convertido: un país desigual, indolente, individualista y sin oportunidades, tan distinto al ideal de país por el que diste tu vida...
Pero hoy estamos aquí despidiéndote y quiero dar gracias a la vida, parafraseando a nuestra Violeta Parra, y dar gracias también a hombres de carne y hueso que se jugaron el pellejo por llegar a esta verdad que hoy nos convoca, entre ellos: a los abogados de la Vicaría de la Solidaridad, a las agrupaciones de familiares, a mi abuela materna que te buscó como si fueras su propio hijo, y que se fue de este mundo sin saber dónde y cómo moriste; a los profesionales del SML y del Programa de DDHH del Ministerio del Interior que siempre nos brindaron un gran apoyo. En fin, quiero agradecer la presencia de quienes te conocieron personalmente ya sea en el ámbito universitario o como compañeros en el dispositivo de seguridad (GAP), o porque eran familiares directos, y de quienes te conocieron a través de nosotros, tu descendencia, y quisieron estar hoy y acompañarnos en este momento tan íntimo en el que yo, al menos, no hubiera querido estar sola.
Viejo querido: siempre has estado presente en mi vida, antes y después de saber cómo te arrebataron la tuya, y no he dejado de pensar en tí desde que fuimos notificadas de la identificación de tus restos. 
 Te doy un beso eterno y a la distancia, ese que no te podré dar más que en sueños... 
Estés donde estés, en el cielo dicen... y es lo que le hemos dicho a tus nietos Rafaela y Bruno, espero, hayas podido hacer tu Revolución.
Aníbal Salcedo ¡¡Honor y gloria en tu memoria por siempre!!

Tamara Paola Montiglio Belvederessi

Después de la vorágine vivida los últimos dos meses y con un poco más de paz en el corazón, no me queda más que agradecer a todos quienes nos acompañaron de manera presencial en esta anhelada despedida, así como a quienes lo hicieron a la distancia con el corazón. Jamás pensé que llegaría tanta gente: amigos y compañeros de universidad, compañeros del GAP, miembros de mi familia materna y paterna, amigos de la pega y otros amig@s que no veía hace algún tiempo y quisieron estar presentes…. GRACIAS!!!