CONTRA LA AGRESIÓN A LIBIA Y EL TRÁFICO DE SERES HUMANOS Y DE LA ESCLAVITUD
La agresión militar a Libia, encabezada por la OTAN y apoyada por la Unión Europea, provocó la destrucción del Estado, de sus órganos de gobierno y de infraestructuras materiales, encaminando al país hacia una situación de desagregación, provocando la degradación general de las condiciones de vida y exponiendo la población a una guerra de agresión que aún hoy produce efectos devastadores.
La guerra de rapiña fue alimentada y financiada desde terceros países, con la intervención directa y abierta de los Estados Unidos de Nortemérica y sus aliados en el apoyo criminal a grupos militares terroristas.
La guerra de rapiña impulsada desde el exterior lanzó a Libia en una situación de eliminación y supresión de las más elementales libertades y derechos, de profunda miseria y carencia material, con una crisis humanitaria creciente, con la existencia de enormes flujos migratorios, nos referimos a de millones de hombres, mujeres y niños.
La situación, reconocida por la ONU, en la que se encuentran miles de migrantes sujetos a la explotación y la trata de seres humanos y las recientes noticias sobre la situación de los refugiados que, huyendo de la guerra y de la destrucción, caen en las mallas de la esclavitud y del tráfico, demuestran el resultado directo de la agresión contra Libia promovida por la OTAN y la Unión Europea.
Considerando la grave crisis en Libia y el incremento de los delitos de tráfico de seres humanos y tráfico de migrantes;
Considerando la necesidad de garantizar la defensa de los derechos de los refugiados y de salvaguardar sus vidas;
Considerando las responsabilidades de la Unión Europea en la crisis y rechazando la política de impedir la llegada de migrantes y refugiados al espacio de la Unión Europea, condenando a la muerte, el tráfico y la esclavitud a miles de hombres, mujeres y niños;
Como allendistas no podemos sino condenar la trata de seres humanos, el tráfico de migrantes y la esclavitud, consecuencias de la agresión militar a Libia, y hacemos un llamado al compromiso internacional a la lucha contra la delincuencia organizada, de conformidad con la Resolución nº 2380 del Consejo de Seguridad de la ONU , y exige a la Unión Europea el respeto de los derechos de los refugiados y pide que se cumplen las obligaciones de los Estados miembros en la acogida de los refugiados.