DECLARACIÓN PÚBLICA DEL PARTIDO COMUNISTA DE CHILE ANTE LA SITUACIÓN DE VENEZUELA
Declaración pública del Partido Comunista de Chile ante la situación de Venezuela
El Partido Comunista repudia la injerencia norteamericana y de algunos países del Grupo de Lima, en los asuntos internos de Venezuela, que busca llevar al país a un clima de confrontación violenta, con consecuencias que pueden ser tan trágicas como las que sufrió el pueblo de Chile a causa del golpe de Estado. Asimismo, repudiamos la amenaza, la incitación al golpe o la intervención militar en Venezuela, que se hacen por parte del autoproclamado “encargado presidencial”, como desde el exterior, incluso desde Chile, por sectores de derecha u otros que le hacen el juego a Donald Trump.
La premeditada acción del gobierno de Estados Unidos y gobiernos de derecha de la región, concebida antes de la elección presidencial en que Nicolás Maduro fue electo en un proceso trasparente, con observadores extranjeros, sin reclamos posteriores y compitiendo con 2 candidatos opositores, en la que obtuvo 7 millones de votos, correspondiente al 69,5 % del electorado que concurrió a votar.
La conspiración que se inició entonces, tiene por objeto obtener el quiebre de la institucionalidad en Venezuela y la usurpación del mandato presidencial a cualquier costo, bajo supuestos constitucionales que no tienen la validez jurídica que se les asigna para justificar su objetivo golpista.
El gobierno de Chile se ha hecho parte de esta conspiración, opción que rechazamos por irresponsable, proclive al golpe y contraria a la jurisprudencia internacional.
Mediante una campaña mediática gigantesca, digitada desde los EEUU, a la que se pliegan sin contrapeso, salvo contadas excepciones, las grandes cadenas informativas y bajo el pretexto de “restaurar la democracia”, Donald Trump busca imponer un gobierno títere en Venezuela, que le permita a los grandes consorcios norteamericanos apropiarse, controlar y sustraer las mayores reservas de petróleo del mundo, el gas, el oro y otras riquezas de Venezuela, botín que algunos de sus socios latinos y europeos pretenden compartir.
Recordemos que hubo un primer golpe de Estado en Venezuela el año 2002, con el mismo propósito, contra el Presidente Chávez, orquestado de manera similar por Estados Unidos, que alcanzó a hacerse del poder por unas horas, con otro títere a la cabeza, el gran empresario Pedro Carmona y que vergonzosamente fue reconocido por el gobierno de Chile, al igual que lo hace ahora Piñera, en una especie de farsa tragicómica, en que la democracia y los derechos humanos se defienden apoyando a la extrema derecha golpista, o propiciando la intervención militar e incluso la guerra civil, el mismo argumento que se usó para dar el golpe en Chile. El día 23 de enero reciente se ha producido un segundo intento de golpe de Estado, que una vez más fue derrotado por el pueblo de Venezuela, por más que se haya autoproclamado un usurpador del poder y por más que Trump amenace con la intervención militar y por más que se hayan alineado gobiernos cómplices, de América Latina y de Europa, que en su mayoría, usan la agresión a Venezuela, para distraer la atención de sus graves problemas internos y ocultar las demandas de sus pueblos.
El Partido Comunista de Chile deja estabecida su objeción, sobre la potestad del Presidente de la República de Chile, para reconocer como presidente de Venezuela a un personaje autoproclamado como es Guaidó, porque transgrede la Carta de las Naciones Unidas respecto de la igualdad soberana de los miembros de la ONU y transgrede la ley de la República, por que la Carta fue incorporada a derecho interno, ya en el año 1946. Por la misma razón la han objetado la mayoría de los países que en la OEA rechazaron la intervención y sanciones a Venezuela, al igual como ocurrió en el Consejo de Seguridad de la Naciones Unidas, en que Donald Trump y Piñera, entre otros, sufrieron una dura derrota diplomática.
Alertamos que, no obstante estos claros planteamientos de ambos organismos, el peligro sigue, porque seguramente el gobierno norteamericano, que ya ha sustraído más de 23 mil millones de dólares a Venezuela, seguirá adelante con esta práctica demencial que sólo hace daño al pueblo venezolano, dirigidas a provocar caos económico y desabastecimiento. Y junto a sus gobiernos aliados de derecha, seguirá esgrimiendo la amenaza de la intervención militar.
Llamamos a estar alertas, a ejercer la solidaridad y sobre todo a apoyar la única salida razonable a la confrontación, que es la misma que ha aprobado la mayoría de países del Consejo de Seguridad de la ONU: el diálogo y la paz. Países tan importantes como México y Uruguay, están en disposición de mediar bajo esta premisa, con respeto por el estado de derecho y los derechos humanos.
Independientemente de lo que se piense, crea, o la posición que se tenga frente a la situación en Venezuela, es la salida correcta. El golpe de Estado, la guerra civil o la intervención extranjera, es la salida fascista y abogar por ésta, fomentar la confrontación o hacerle el juego a Trump, en su desesperado intento de ejercer e imponer la hegemonía norteamericana en América Latina, es contrario a la esencia de nuestro ideario de nación independiente, soberana y democrática. Democracia no es lo que pasa por la cabeza de Donad Trump, es la que construyen los pueblos soberanos. ¡No a la intervención o injerencia extranjera en Venezuela.!
Santiago de Chile 28 de enero de 2019