LOS "ELENOS" EL FATÍDICO 11 DE SEPTIEMBRE DE 1973
Creo que es muy importante analizar a fondo el proceso de la Unidad Popular y especialmente dos materias a mi parecer fundamentales, la de la Política Militar y el Poder Popular. Cuestiones que a la vista de la historia, fueron insuficientes para defender el proceso revolucionario de la Unidad Popular.
Pienso que la mayoría de los que participamos en esa gesta, solo buscábamos tener un puesto de combate en esa revolución. Los análisis críticos y autocríticos de lo que realizamos y lo mucho que no fuimos capaces de hacer, debe tener un alto nivel de honestidad y para ser válido, también, una consecuencia a toda prueba, en lo fundamental, el hacer lo que pensábamos y predicábamos.
A Lorenzo González le confieso con orgullo que yo era del ELN y fui de la Dirección del Aparato Militar del Partido Socialista y me ofende el que nos trate de "miliquillos de poca monta e irresponsables".
No se quién es usted, pero tiene todo el derecho de disentir en un foro socialista, lo que no tiene derecho es de ofender a combatientes que dieron su sangre y muchos su vida por el proceso de Allende.
Creo que una revolución al ser verdadera, es un inmenso proceso de acumulación de fuerzas, en lo político, social. popular, de clase, ideológico, militar e internacional y cada uno de los sujetos que lo componen, se integran a esa acumulación, en el lugar y el puesto que la lucha o el Partido le indiquen.
Entiendo que es injusto decir que los "Elenos", eran militaristas, sectarios y que despreciaban la lucha de masas o la organización Obrera, seguramente varios tenían esos pecados, como algunos de otras tendencias o fracciones, tendrían otros.
El Aparato Militar fue absolutamente obediente a las órdenes del Partido y de Allende. Era una unidad secreta y compartimentada, solo actuó para la defensa del local del CC en la primera jornada de las ollas vacías y en el Paro de Octubre. Nunca realizó proselitismo político al interior ni al exterior del Partido ni actuó sin órdenes directas de éste. Estaba creado para la defensa de Allende, el Partido y ser un actor más en la defensa del Proceso.
Se trabajó el concepto del AGP, inspirado en los vietnamitas, confeccionamos manuales para los Regionales, sus bases y la clase Obrera. Pero, muchas de las instancias partidarias tenían sus propios aparatos. (Juventud, Organización y Regional Centro, entre otros). Allí no podíamos entrar para ayudar a crear el AGP. A principios del año 73 y en la imposibilidad que organización permitiera que hombres del Aparato fueran a trabajar la instrucción a los Regionales y Frentes de Masas, decidimos que los hombres de dirección se repartieran en Regionales o frentes "amigos" Manuel, fue al Cordón San Joaquín a trabajar en Sumar, Indumet, Comandari, Madeco y Mademsa. Y Yo fui al Regional Norte. Y otros a Provincias. En esas bases Obreras combatimos el 11.
El Partido no tenía una Política Militar clara, definida y consensuada. La pugna ideológica-política cruzaba todas sus instancias. El Aparato tenía limitado su crecimiento. Había una orden perentoria de Allende y la COPOL, de prohibir el trabajo hacia las Fuerzas Armadas. Solo Allende (a través de la masonería) y la COPOL a través del compañero Sergio Lazo, trabajaban contactos militares. Se temían provocaciones, acumulación de poder o mal trabajo hacia ellas.
El Aparato tenía armamento popular repartido en la zona del Cordón San Joaquín, donde teníamos direcciones partidarias y obreras trabajadas directamente. Teníamos 120 fusiles de guerra, con 120 tiros cada uno (AKA), y 5 lanzacohetes, estos solo servían para un primer combate, urgía conseguir armas con ellos.
Cada instancia partidaria o de Frentes de Masas, tenía o quiso tener su aparato militar u órgano de defensa propio, el "Poder" o el sectarismo, no permitía abrir sus estructuras a otros compañeros, para un despliegue centralizado de la dimensión paramilitar o miliciana. Muy pocos estaban conscientes que el Golpe era inevitable. En una revolución de esas características. El Imperialismo y la Burguesía no podían entregar su Poder e influencia sin luchar, con todo el poder que tenían.
Todas las iniciativas para coordinar un trabajo de defensa con la Juventud, el Regional Centro y con Organización fueron estériles. Estos estamentos mandaban a instrucción rápida de 3 meses a la Isla, por su cuenta, los unos, porque querían fortalecer sus aparatos y proyectos y los otros hasta para ganar voluntades políticas. El Frente Interno y el Secretario General no nos entregaron recursos para masificar el armamento popular en todo el Partido y sus frentes, o no creían que el Golpe era inevitable o el juego de poderes tendenciales era tal, que todos se cuidaban de abrir sus parcelas políticas, a quienes pensaban que eran sus adversarios.
El Aparato se movilizó para el Tanquetazo 3 días. La COPOL nos impidió actuar.
El 11 de Septiembre nos acuartelamos en el Estadio Cormu, zona sur de Santiago, Allí sesionó la COPOL, El secretario General decide que el Partido salga a combatir. El aparato le pone un hombre de contrainteligencia a su escolta para su protección. Nos trasladamos a Indumet, nos reunimos con el MIR y el PC y les planteamos unir fuerzas armadas para atacar una unidad militar previamente estudiada. El PC informa que ellos se sumergen en la clandestinidad y el MIR por intermedio de Miguel nos plantea que ellos solo a las 16.00 horas pueden concentrar su fuerza central para combatir juntos. Llega Hernán del Canto con la orden de Altamirano de replegar al Partido y no combatir El Aparato se niega y con él Arnoldo Camú, Exequiel Ponce, Rolando Calderon y Ariel Ulloa, que llegaron con nosotros desde el Estadio Cormu. En ese momento llega Ruiz Moscatelli, que estaba en el GAP, con la petición de Allende que nos trasladáramos a combatir a la Moneda, Camú logra comunicarse con Coco Paredes en la Moneda y éste le da el mismo recado de Allende.
Fuerzas Especiales de carabineros nos cercan en Indumet y se inicia el combate. Tenemos que romper el cerco y perdemos los vehículos. Una camioneta con armas de Tomas Moro, conducida por los compañeros del GAP que combatían allí, las reparte en SUMAR, la lucha se generaliza por las calles de la Población La Legua. No pudimos crear una columna que se dirigiera a la Moneda, el despliegue del enemigo lo impidió. La muerte de Allende nos golpeó en pleno combate. La lucha dividió al Aparato, junto a Obreros y Pobladores, en tres columnas, la mía se concentró en Madeco-Mademsa y en la madrugada del 12, recién se retiró junto a los Trabajadores, cuando ya no había resistencia en ningún lugar de Chile.
En la ruptura de cerco de Indumet, Rolando Calderón y Ariel Ulloa no siguen al Aparato hacia Sumar, le ordenan a una escuadra nuestra acompañarlos hacia una casa de seguridad en las cercanías, el jefe de la escuadra se niega a permanecer en esa casa solo para protegerlos a ellos, y se van a combatir en dirección a Sumar. Rolando y Ariel se quedan allí. El 11 combatieron en Indumet, Sumar y La Legua 2 miembros de la COPOL, Exequiel Ponce y Arnoldo Camú.
Las 3 instancias de la Comisión de Defensa del PS, creada por mandato del Congreso de La Serena y cuyo jefe era Arnoldo Camú, el P-4 (GAP), el P-5 (Contrainteligencia) y el P-6 (GEO), son los únicos estamentos regulares de la Izquierda Chilena que combatieron organizadamente el 11 de Septiembre, en la defensa de Allende y el proceso de la Unidad Popular. Sus hombres en la gran mayoría fueron formados por la "Organa" y el ELN en el Partido Socialista. En Talca, Colchagua, Concepción, Valdivia, Iquique y en otros rincones de Chile, hombres de esa procedencia, lucharon y combatieron en escuadras regionales, con el mismo fin. Los Jefes del P-4, P-5 y P-6 murieron heroicamente en ese negro Septiembre.
Disculpen lo largo, pero creo que es bueno conversar nuevamente de nuestra historia, para que compañeros como Lorenzo, puedan analizar con mayor conocimiento y objetividad nuestra historia reciente, el presente y el futuro político del PS.
Los aparatos militares o la llamada fuerza militar propia, no puede, sin estar inserta en las masas trabajadoras organizadas, hacer la revolución. Como tampoco un poder popular desarmado puede lograrla.
El 11 de Septiembre, los obreros estaban organizados y divididos en sus proyectos de poder popular. Las cúpulas de los partidos políticos luchaban por cooptar sus dirigentes y controlar políticamente su poder. El PC a través de la CUT, El MIR con los Comandos Comunales, el PS con la fracción de la CUT que controlaban, o con los Cordones Industriales, de acuerdo a las fracciones políticas u órganos que dirigían esos procesos. Estrategias y tácticas distintas competían por el control de los trabajadores. Y ningún dirigente o muy pocos de ellos tenía clara la dimensión de transformar el Poder Popular en una fuerza con su dimensión militar. Es cierto que los trabajadores se quedaron esperando ese 11 las armas para combatir y los que combatieron, como los de Sumar, Indumet y La Legua, por ejemplo, lo realizaron porque tenían o tuvieron armas ese día. ¿La culpa de que no tuvieran armas fue de un aparato militar que no las consiguió para todo Chile?, o de sus órganos dirigentes políticos o sindicales que no previeron, trabajaron, fabricaron, compraron o capturaron armas para armar a los trabajadores. De nuevo, la dimensión combativa militar de la fuerza revolucionaria, estuvo en cuestión. Una fuerza de masas desarmada no puede hacer la revolución.
En la UP cometimos TODOS, muchos errores, éramos muy jóvenes, 20 a 26 años y los viejos como Arnoldo Camú tenían 30 a 34 años, y tratamos de hacer una revolución de verdad. La culpa, si se puede llamar así, fue la de las profundas transformaciones revolucionarias que intentamos realizar, las que golpeaban en su esencia al Imperialismo, en su despliegue geopolítico y poder mundial, la Burguesía financiera y la oligarquía chilena. Estos no lo podían permitir sin tratar de ahogar a sangre y fuego el novedoso y revolucionario proceso. El problema no era de mayorías o minorías electorales o sociales (que estuvimos el 73 a poco de lograrla), sino de la fuerza ideológica, política, social, obrera y campesina organizada, militar e Internacional, para conquistar y defender esas grandes transformaciones.
Las mayorías sociales o electorales, sin un poder popular organizado, unidad estratégica en lo político e ideológico, consiente y poseedora de una dimensión militar y alianzas internacionales, no pueden hacer la revolución que triunfe, solo puede lograr transformaciones sociales y económicas parciales, solo permitidas por el Imperialismo y los poderes fácticos locales. ¿Eso queremos hoy, solo un neoliberalismo rosado?. Puedo haberme quedado en el pasado, pero sigo soñando con una revolución de verdad para nuestro Chile.
* Renato Moreau