Internacional

CONDENAMOS LOS ATENTADOS TERRORISTAS DE SOMALIA, QUE HAN DEJADO UN SALDO DE MÁS DE QUINIENTAS PERSONAS MUERTAS

10.12.2017 19:42
Campañas, adhesiones, solidaridad y trabajo político

"En esta sección tendrá acceso a cuales son las posturas y criterios adoptados por el Comité Exterior del GAP en temas internacionales y conocerá obviamente las variadas campañas, actividades, y tareas en las cuales estamos abocados."

El Comité Exterior del GAP condenamos los atentados ocurridos en Somalia el pasado 14 y 29 de octubre cuya cifra, tras el último recuento oficial, asciende a 512 muertos, convirtiéndose así en el más cruel atentado, de la historia del país y el peor desde el 11-S.

Desde 1991 y tras la caída de Siad Barre, mediante un golpe de estado, Somalia vive sumida en el caos y la guerra, situación agravada por los diferentes gobiernos de transición vividos en el país desde entonces.

En la actualidad, Somalia está formada por un Gobierno Federal de Transición, presidido por Sheikh Sharif Ahmed, amparado por Estados Unidos. Fruto de esta situación la presencia militar estadounidense se ha visto incrementada en la zona, así como los ataques por parte del ejército americano contra la población civil, provocando, de esta manera, el aumento de grupos yihadistas, como Al Shabab, filial de Al-Qaeda desde 2012 que controla parte del territorio en el centro y el sur del país y aspira a instaurar un Estado islámico de corte wahabí.

La presencia de Estados Unidos en la zona se debe al aumento de relaciones entre Somalia y Yemen, así como a las relaciones comerciales y de mercancías del país con otros actores internacionales, restando, de esta manera, poder y relevancia a los americanos y a países europeos como Francia e Inglaterra.

La actual Somalia se encuentra formada por el antiguo protectorado británico denominado Somalilandia Británica y la Somalia Italiana.

Actualmente Somalilandia, situada al noroeste del país, es una entidad territorial no reconocida internacionalmente, aupada por Israel, que tiene instalado en su territorio el Estado Mayor Isrealo-saudita que dirige la guerra contra Yemen.

El interés geoestratégico que Somalia tiene para Estados Unidos lo dejó muy claro el embajador estadounidense, Daniel H. Simpson, durante los años 1994 y 1995, al afirmar que: “Parte del motivo del interés sobre Somalia es porque EE.UU. tiene su única base en África en Djibouti, la antigua Somalilandia Francesa, en la costa relativamente cerca de Mogadiscio. El Comando África de EE.UU. fue establecido allí en 2008 y ante la falta de disposición de otros países africanos para recibirlo, la base en Djibouti se convirtió en el centro de operaciones para las tropas y los cazabombarderos estadounidenses en África.”

Además hace ya más de 7 años que el Senador demócrata de EE.UU. por el estado de Míchigan reforzó los intentos estadounidenses de expandir el alcance de la guerra Afganistán-Pakistán hacia el oeste (Siria, Irak) y el sur (yemen, Somalia, Sudán…) señalando que: “Al-Qaeda y violentos extremistas que comparten su ideología no se encuentran sólo en la región Afganistán-Pakistán sino en sitios como Somalia, Mali, Nigeria y Níger”.

Todos hemos vivido como desde entonces las guerras y el terrorismo han proliferado por todo el Norte del continente Africano, Siria, Irak, Yemen, Sudán, Somalia y un largo etcétera.

Una vez más los intereses neocoloniales de Estados Unidos y sus socios Europeos se traducen en muerte y explotación en la población del continente africano.

Por todo ello reiteramos nuestra más firme condena a estos atentados y a cualquier tipo de injerencia extranjera en la zona.

 

¡ALTO AL MERCADO DE ESCLAVOS EN LIBIA!

08.12.2017 14:19
Campañas, adhesiones, solidaridad y trabajo político

"En esta sección tendrá acceso a cuales son las posturas y criterios adoptados por el Comité Exterior del GAP en temas internacionales y conocerá obviamente las variadas campañas, actividades, y tareas en las cuales estamos abocados."

La Europa que cierra los ojos ante la desdicha de las personas que huyen de las guerras y hambrunas, que olvida el drama de los refugiados, y que llegó a acuerdos con Turquía para cerrar la ruta de los Balcanes, abandonando a su suerte a quienes se hacinan en campamentos improvisados y en cárceles, es también responsable de la ignominia de los nuevos mercados de esclavos que han surgido en Libia, y que ha documentado la CNN norteamericana, pero que tanto Washington como Bruselas conocían.

El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos calificó hace unos días de “inhumanos” los acuerdos que la Unión Europea mantiene con la guardia costera libia para detener a los inmigrantes que intentan zarpar de su costa. Tras la cumbre de Malta, los países miembros de la Unión decidieron aportar 130 millones de euros destinados a cerrar las rutas de la inmigración desde Libia al continente europeo: esa resolución sólo ha añadido sufrimiento y vergüenza, porque esos guardias costeros torturan con frecuencia a los refugiados.

El derrocamiento de Gadafi en 2011, a causa de la agresión militar contra Libia, lanzada por Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos, junto con la OTAN, cuyos aviones de guerra bombardearon sin piedad el país, abrió una etapa caracterizada por el caos, la destrucción, los enfrentamientos entre grupos armados, llevó el hambre a muchas regiones mientras proliferaban los crímenes y los asesinatos impunes, configurando un Estado fallido, al tiempo que los gobernantes occidentales rehuían su responsabilidad en esa catástrofe humana. Desde entonces, los  enfrentamientos  entre las distintas facciones que apoyaron los países de la OTAN han continuado la guerra, que ha causado miles de muertos en un país de apenas seis millones de habitantes, con las cancillerías occidentales maniobrando entre los grupos de Fayed al-Sarraj, Jalifa al-Ghawil y Jalifa Haftar, entre milicias islamistas y grupos armados, mientras intervienen en Libia países árabes, desde Arabia a Egipto, Qatar y EAU, junto a la intromisión de Estados Unidos, Francia o Gran Bretaña. La población libia padece desplazamientos forzosos, asesinatos, la escasez y la penuria, la constante inseguridad, la pérdida de derechos de las mujeres, que han de soportar además frecuentes violaciones, y la economía del país se ha reducido a una tercera parte de lo que fue antes de la agresión occidental. A su vez, los inmigrantes que llegan a Libia con la esperanza de alcanzar Europa son, reiteradamente, víctimas de malos tratos, torturas y violaciones, y se ven expuestos a ser vendidos como esclavos, porque los traficantes de seres humanos, que actúan en Libia con toda libertad, compran y venden a los refugiados como si fueran ganado.

Ante esa crítica situación, El Comité Exterior del GAP:

— Denuncia la hipocresía de los gobiernos occidentales y de la OTAN, causantes de la catástrofe en Libia, que ahora simulan su inocencia ante la existencia de mercados de esclavos en el país.

—Pide al Parlamento europeo la creación de una comisión de investigación sobre la complicidad de las actuales autoridades libias en el comercio de esclavos.

—Exige al gobierno chileno que articule medidas humanitarias para acoger a los refugiados y termine con la vergüenza.

—Traslada a las fuerzas de izquierda y sindicatos la urgencia de articular esfuerzos para levantar un amplio movimiento de protesta contra la esclavitud, porque decenas de miles de personas están ahora mismo atrapadas en Libia, amenazadas por los traficantes de esclavos.

—Exige a la Unión Europea que afronte con seriedad la situación de los refugiados, que abra vías seguras para la llegada de inmigrantes, que tome medidas para combatir a los traficantes de esclavos, y deje de subvencionar a la guardia costera libia que detiene y tortura a los refugiados, como ha sido documentado. Al mismo tiempo, la Unión Europea debe impulsar en la ONU decisiones que contribuyan a la pacificación de Libia, y ayuden a su reconstrucción.

—Exige también a la Unión Europea que colabore con la Unión Africana para rescatar a las personas esclavizadas, y repatriarlas a sus países o les abra las puertas de Europa.

—Llama a los trabajadoresdel mundo a combatir las leyes de extranjería que sólo causan sufrimiento, y al Parlamento chileno a sustituirlas por normas que apliquen los acuerdos internacionales de derechos humanos.

—Llama también a los trabajadores y al resto de los ciudadanos a participar en las manifestaciones y concentraciones convocadas en diversas ciudades del mundo contra la lacra del esclavismo en Libia y en el mundo. Y a nombrar de nuevo la palabra Libertad.

 

 

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