"En esta sección tendrá acceso a cuales son las posturas y criterios adoptados por el Comité Exterior del GAP en temas internacionales y conocerá obviamente las variadas campañas, actividades, y tareas en las cuales estamos abocados."

El Comité Exterior del GAP denuncia el fraude electoral cometido en las elecciones presidenciales de Honduras del pasado 26 de noviembre para evitar el triunfo indiscutible del candidato progresista Salvador Nasralla.

Con la complicidad del Tribunal Supremo Electoral, la oligarquía golpista hondureña retuvo horas el resultado electoral para poder subvertir la voluntad popular y garantizar así la continuidad de Juan Orlando Hernández, candidato de la derecha comprometida con los intereses norteamericanos y sus bases militares de Palmerola y Mosquitia instaladas en Honduras.

Magistrados del propio Tribunal Electoral reconocieron lo irreversible de la victoria de Salvador Nasralla al haber superado el 45 % de los votos emitidos.

El pueblo hondureño ha salido a la calle a defender el triunfo del candidato de la Alianza de Oposición contra la Dictadura, Nasralla, como así hiciera frente al golpe militar contra el presidente Mel Zelaya en 2009.

La respuesta del Gobierno a estas protestas ha sido la declaración de un toque de queda que supone un evidente recorte de libertades así como una espeiral represiva que ha causado al menos cinco muertos, decenas de heridos y centenares de detenidos.

El Comité Exterior del GAP denuncia este nuevo golpe encubierto a la soberanía nacional hondureña y emplaza a los observadores internacionales, especialmente a los de la UE, para que no reconozcan este fraude electoral.

El Comité Exterior del GAP apoyará todas las actuaciones necesarias para impedir la consolidación de este fraude electoral y manifiesta su solidaridad con el candidato electo Salvador Nasralla.

"En esta sección tendrá acceso a cuales son las posturas y criterios adoptados por el Comité Exterior del GAP en temas internacionales y conocerá obviamente las variadas campañas, actividades, y tareas en las cuales estamos abocados."

El pasado viernes 15 de abril, unas 5.000 personas, en su mayoría civiles, residentes en las aldeas chiítas de Kefraya y al-Foua'a (en Idlib), leales al gobierno sirio y que se encontraban asediadas por los rebeldes desde hace meses, esperaban para ser trasladadas hacia zonas seguras en la gobernación de Alepo, tras un acuerdo de intercambio alcanzado por el gobierno sirio con grupos terroristas. Cuando las personas se encontraban en los autobuses que los trasladarían hacia zonas seguras, todavía estacionados, un kamikaze hizo estallar un vehículo cargado con explosivos, provocando una masacre de dimensiones dantescas, con más de cien muertos, e innumerables heridos, en su mayoría niños.

El cruel atentado contra población civil indefensa no sólo viola la tregua que había sido pactada en el acuerdo de intercambio sino que también viola todas las normas de la guerra que establece la legislación internacional con objeto de proteger a la población civil.

Quienes son responsables de un acto tan inhumano no pueden ser considerados como parte beligerante sino como terroristas, criminales de guerra.

Al igual que sucedió en días pasados con un supuesto ataque con gas tóxico a la población de Jan Sheijun del que, sin previa investigación, inmediatamente se hizo responsable al ejército sirio y a Bacher al Assad, en esta ocasión, algunos medios de comunicación están difundiendo información sobre estos hechos de manera sesgada, con objeto de sembrar dudas sobre los verdaderos responsables de tan atroz atentado. El uso de métodos terroristas ha sido una constante de los grupos yihadistas tanto en Siria como en otras regiones donde operan el Estado Islámico en sus diferentes versiones. Por el contrario, resulta muy dudoso y malintencionado levantar sospechas para achacar una masacre de su propia población a un gobierno que está logrando notables avances sobre el terreno en su lucha contra el terrorismo.

El Comité Exterior del GAP condena este atroz atentado y a sus ejecutores, sin duda los grupos terroristas que asediaban a los habitantes de Kefraya y al-Foua'a y que no aceptan su derrota. El Comité Exterior se solidariza con las víctimas y sus familiares.

El Comité Exterior del GAP denuncia a todos aquellos que de una u otra forma, están dando su apoyo a esos grupos terroristas, que no son más que una herramienta del imperialismo.

Una vez más insistimos en la necesidad urgente de facilitar la búsqueda de una solución negociada, alejada de la violencia y de las armas, a esta guerra cruel.

NO A LA GUERRA.