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QUE LO SEPA TODO CHILE: SU NOMBRE ES MATÍAS PÉREZ CRUZ Y ESTO ES LO QUE HIZO

07.02.2019 12:57

Que lo sepa todo Chile: Su nombre es Matías Pérez Cruz y esto es lo que hizo

Que lo sepa todo Chile: su nombre es Matías Pérez Cruz, el año pasado su empresa ganó 28.215 millones de pesos en utilidades salidas de nuestros bolsillos necesitados del calor de un gas, y somos nosotros mismos como ciudadanos y consumidores quienes lo podemos atacar con la simple decisión, que podemos hacer viral, de preferir otra marca, designar a Gasco como el símbolo del abuso de poder y maltrato a los comunes y corrientes. Que sepa todo Chile que Matías Pérez Cruz no merece un peso más de nuestros sueldos para comprarse terrenos junto a lagos y violar la ley expulsando con total falta de respeto, insultos y agresiones a quienes podrían ser nuestras madres.

 

Que lo sepa todo Chile, que nadie cuide su identidad por miedo a su poder: Compártelo, replícalo, coméntalo, declámalo. Su nombre es Matías Pérez Cruz, es dueño del 90% de Gasco, y hace algunas horas se convirtió en el emblema máximo del abuso de poder en Chile, de la desigualdad entre el millonario y el ciudadano común. Pongámoslo de ejemplo, enseñémoslo en las escuelas, para que nunca más tenga que pasar. Hace sólo unas horas humilló, maltrató, tiró a golpear el celular y faltó el respeto de tres mujeres trabajadoras que lo único que hicieron fue contemplar un lago desde una orilla trágicamente colindante con el terreno de un empresario violento y conservador, con aires de dueño de Chile. Hace sólo unas horas Matías Pérez Cruz violó el artículo 589 del Código Civil y el decreto ley 1.939 que impide a cualquier particular expulsar e impedir el uso de un balneario en Chile. Por muchos ceros que tenga su cuenta.

Que lo sepa todo Chile: su nombre es Matías Pérez Cruz, y a través de su voz habla el verdadero rostro de lo peor de la cultura chilena que hemos construido en torno a la servidumbre hacia el que tiene plata. En su voz rancia de frases putrefactas comprendemos que el Señor de la Querencia nunca fue sólo una teleserie, y el espíritu de la hacienda mancillando al inquilino se mantiene vivo en parte importante de la sociedad de este país en que los millones de dólares te dan impunidad. Es esta democracia imperfecta y su impunidad a los poderosos, esta democracia que premia con clases de ética a los ladrones de cuello y corbata y pacta en cuotas la multa a un senador delincuente como Iván Moreira la que le ha permitido a Matías Pérez Cruz y su soberbia espeluznante tratar a las tres trabajadoras veraneantes del Lago Ranco como si fueran de su propiedad: “SE ME VAN, SE ME VAN A IR”.

Lo más triste es que todos como país hemos sido testigos de cómo desde el poder, desde los representantes que todos hemos elegidos, se ha construido el castillo del permiso al abuso para que Pérez use su asqueroso lenguaje de propietario de personas con quien sea que se le pare enfrente. Porque este hombre no se confundió: él conoce la Ley, él sabe que no puede echar a nadie de la orilla del lago, él sabe que no tiene derecho a echar a un veraneante a “donde revientan las olas”, pero lo hace igual, porque así son los empresarios que tanto se esmera en cuidar nuestra democracia para que no nos dejen sin empleo: al momento de mirarnos creen que su plata ya nos compró, creen que ya somos menos válidos que ellos, que ya les debemos un respeto supremo. Pero le tenemos una noticia señor Pérez Cruz: no somos sus peones, y hay millones nietos de inquilinos que ya no estamos dispuestos a cargar con el peso de la herencia que a usted lo lleva al abuso. Hay miles que educados, por nuestras familias, por la vida o en alguna escuela, podemos responder, con argumentos, con preguntas, con dignidad, a la virulencia fétida que vomita su deseo de mandar.

Le tenemos noticias señor Pérez Cruz: hay leyes, hay Estado de Derecho, hay democracia formal, hay incluso palabras, tratos y modos que nos protegen de bandidos como usted que cuando se queda mudo en su intento de arrasar, porque ha comprendido que no tiene la razón, se abalanza como una bestia a romper el celular que lo está grabando; porque es valiente para abusar en el silencio, pero no vaya a ser que el país conozca que el destacado empresario que se expande por América y que necesita amigos en la bolsa es un energúmeno, un animal salvaje que defiende sin clemencia lo que cree suyo, un antidemócrata de facto que no da confianza.

Que lo sepa todo Chile: su nombre es Matías Pérez Cruz, el año pasado su empresa ganó 28.215 millones de pesos en utilidades salidas de nuestros bolsillos necesitados del calor de un gas, y somos nosotros mismos como ciudadanos y consumidores quienes lo podemos atacar con la simple decisión, que podemos hacer viral, de preferir otra marca, designar a Gasco como el símbolo del abuso de poder y maltrato a los comunes y corrientes. Que sepa todo Chile que Matías Pérez Cruz no merece un peso más de nuestros sueldos para comprarse terrenos junto a lagos y violar la ley expulsando con total falta de respeto, insultos y agresiones a quienes podrían ser nuestras madres.

Que lo sepa todo Chile, su nombre es Matías Pérez Cruz, presidente de Gasco y financista de la campaña presidencial de José Antonio Kast, a quien defendió de Pablo Longueira cuando el ex ministro aseguró que era imposible que Kast pasara a segunda vuelta. Pérez le dijo a Longueira que estaba hablando “una carajada sin límites”. Buenas palabras para describir lo que hoy de usted conoce Chile. No lo olvidemos nunca, no caigamos en la enfermedad crónica de nuestra nación que olvida los daños que el poder le ha hecho. Pérez Cruz, quien se autocalificó como parte de una “excelencia empresarial”, quién atacó las reformas tributaria y laboral del gobierno pasado, quien dijo que el portazo al proyecto minero Dominga era “un daño gravísimo al estado de derecho” porque “un país no crece cuando no tiene imperio de la ley”, hoy ha mostrado la cara de la miseria empresarial y del absoluto abandono del imperio de la ley, de la que además se declara tan perito como abogado al que no se le puede discutir. Vaya qué abogado.

No señor Pérez Cruz, las ciudadanas que fueron a bañarse al lago Ranco, en evidente lejanía de su intimidad propietaria -a menos de cinco metros de las olas-, no se le van, porque no son suyas, y nadie de nosotros en este país es suyo. Chile no se le va, porque por más que lo quiera las personas no pueden ser sus esclavos. Chile se levanta en la voz de quienes ya se enteraron que son libres y que ante el abuso de patanes de su calaña lo que queda es denunciar y sancionar. Si la justicia no actúa, si el gobierno no reprende con la fuerza necesaria -con la misma fuerza con que el ministro de Bienes Nacionales Felipe Ward hace grandes campañas defendiendo el derecho a usar los balnearios-, esperamos que su sanción sea su descrédito empresarial y una campaña masiva para no comprar su gas. Las tres denunciantes, en tanto, que se queden tranquilas sabiendo que son mejores que el abogado y excelentísimo Matías Pérez Cruz. 

* El Desconcierto - Richard Sandoval

EXCLUSIVO: DICTAN ORDEN DE DETENCIÓN EN CONTRA DE JUAN EMILIO CHEYRE, EX JEFE DEL EJÉRCITO POR TORTURAS

07.02.2019 11:21

Exclusivo: dictan orden de detención en contra de Juan Emilio Cheyre, ex jefe del Ejército por torturas

Cambio21 tuvo acceso exclusivo al auto de procesamiento que incluye el despacho de orden de detención, dictado el pasado 5 de febrero de 2019 en La Serena por el Ministro en Visita Extraordinaria,Vicente Hormazábal Abarzúa, que incluye como autor de tormentos al ex jefe del Ejército general Juan Emilio Cheyre (en la foto), el general del "Nunca más" que ya se encuentra condenado en anteriores casos de torturas.

En una nueva causa en La Serena, el Ministro en Visita Extraordinaria, dictó auto de procesamiento y ordenó la detención, del ex comandante en jefe del Ejército, Juan Emilio Cheyre y otros militares que, tras el golpe de Estado de 1973, según la resolución, "al interior del Regimiento Militar (Arica de La Serena), se dispuso que la Sección II, que hasta antes del 11 de septiembre de 1973 era comandada por el Capitán Polanco Gallardo, participara en las investigaciones, interrogatorios y torturas correspondientes a los distintos detenidos", los que eran apresados por ser adherentes al gobierno depuesto de Salvador Allende.

De acuerdo a la resolución, las torturas se ejecutaron "al mando del comandante del Regimiento, en coordinación con su Ayudante, el Teniente Juan Emilio Cheyre Espinosa, quien, a decir de varios miembros del Regimiento y de la misma Sección II, quedó a cargo de ésta y es sindicado por varios denunciantes como autor directo de los interrogatorios y torturas".

El magistrado razona, de acuerdo a los testimonios y documentos tenidos a la vista, "Que a la mayoría de estos detenidos se les sometió a sesiones colectivas e individuales de torturas, las que, en general, consistían en golpes en el cuerpo mediante culatazos, manos, pies, electricidad en determinadas partes el cuerpo, sumergir la cabeza en agua, en tambores y en una piscina, simulacros de fusilamiento, interrogatorios en los que se les dejaba un arma de fuego a su lado, colgamiento desde sus extremidades con la finalidad de obtener el estiramiento del cuerpo por lapsos prolongados, violaciones, abusos sexuales, ingestas de desperdicios o excrementos, mantenerlos en pequeñas celdas denominadas "calabozos" por periodos prolongados de tiempo, con escasas o nulas raciones alimenticias y la amenaza constante de ser fusilados ellos o sus familiares, entre otras. Torturas que la mayoría de las veces se realizaban estando los presos políticos maniatados y con la vista cubierta".

Entre los muchos testimonios que recoje la sentencia que determina el procesamiento y detención para Cheyre y otros ex uniformados, consta el testimonio de Nicolás Emilio Fuentes Rivera, quien "manifestó que fue detenido el 27 de septiembre de 1973 por funcionarios de la Policía de Investigaciones, trasladado al cuartel policial y posteriormente al Regimiento Militar de esta ciudad. Al llegar, relata: 'los policías me entregaron al servicio de guardia militar y me hicieron ingresar a una sala que está a un costado de la guardia, donde habían más prisioneros, todos arrodillados en el suelo mirando la pared, mientras que otros estaban con sus manos en la nuca. En lo personal quedé de rodillas y con las manos en la nuca, cuando repentinamente veo la presencia del Teniente Cheyre y al mirarlo éste me increpó (...) se cambió de lado y detectó nuevamente mi mirada, por esta razón ordenó a dos soldados conscriptos que me sacaran al patio interior, uno por cada lado, en ese momento el Teniente Cheyre tomó un palo y comenzó a golpearme en las pantorrillas, parte posterior del muslo, glúteo y espalda'", recuerda.

Otros testimonios, dan cuenta que entre las torturas aplicadas como política en ese lugar, se encontraba la violación de detenidos. Una de las sobrevivientes que pasaron por ese lugar (cuyo nombre omitimos por razones obvias), testificó que fue detenida en la Cárcel Pública de La Serena, el 15 de septiembre de 1973, y fue trasladada por militares al Regimiento que comandaba Ariosto Lapostol secundado por Emilio Cheyre, donde sufrió reiterados episodios de torturas. Al efecto, declara: "todas las veces que fui torturada estuve vendada en una oportunidad, cuando me estaban golpeando, escucho a un soldado conscripto —por la voz me imagino que lo era diciendo: 'Dice mi Teniente Cheyre que paren la golpiza porque están llegando los abogados', Yo recuerdo mucho ese momento porque pensé ¿y si en este instante grito?" porque lo único que quería era pedir auxilio (...) nos golpeaban, nos violaban. Yo me hacía la desmayada para evitarlo. Recuerdo que volvía al Buen Pastor orinada (...) me aplicaron corriente (...) agradezco haber ingresado embarazada, o si no, hubiese podido quedar embarazada en la detención, como le ocurrió a muchas niñas".

Otros testigos reconocieron la voz de Cheyre en los interrogatorios, pues le conocían con anterioridad: "reconozco una voz, era la de Cheyre con quien había conversado el día anterior, él me dijo que me hincara, me dijo 'híncate', y me doy cuenta que me apuntan con un arma en la cabeza, sentí que la arena del piso estaba húmeda, me imaginé que era sangre de mis amigos, simularon en ese momento una ejecución (...) me amarraron las manos a la espalda y me pusieron colgando de algo parecido a una viga, quedando suspendido en el aire con las manos en la espalda (...) comenzaron a golpearme con los puños en las partes blandas del cuerpo, no en la cara, se turnaban para golpearme, en el intertanto me consultaban por las armas que teníamos en Manesa, Cheyre me preguntaba, también consultaba por explosivos que yo había preparado, esto porque yo era químico".

La resolución, que puede ser apelada o respecto de la cual caben otros recursos procesales, da cuenta que Cheyre desconoce los hechos que le imputan, declarando que él solo cumplía labores administrativas y sociales y que no participó de la parte operativa referida a los detenidos, lo que es desechado por el magistrado en su resolución.

Para el ministro extraordinario, "los hechos referidos (...) son constitutivos del delito reiterado de aplicación de tormentos, tipificado y sancionado en el N° 1 del artículo 150 del Código Penal, en su redacción de la época", cometido en las personas de 24 detenidos entre el 11 de septiembre y el 25 de noviembre de 1973, en la ciudad de La Serena.

Por ello, dicta auto de procesamiento en contra de "Ariosto Lapostol Orrego y a Juan Emilio Cheyre Espinoza, ambos en en calidad de autores del delito de aplicación de tormentos.

Igualmente despacha "orden de aprehensión en contra de los procesados", ordenando que dicha orden sea cumplida por la Brigada Investigadora de Delitos contra los Derechos Humanos de la Policía de Investigaciones de Chile. Cheyre junto a los demás procesados, salvo Lapostol, que por su avanzada edad se le concedió libertad bajo fianza, serán llevados a las dependencias del Regimiento de Policía Militar N O 1 de la ciudad de Santiago.

Cambio21, que conoció en exclusiva de esta noticia en desarrollo, contactó al abogado querellante de uno de los sobrevivientes de las torturas que da cuenta el auto de procesamiento, Roberto Ávila Toledo, quien señaló que "Esta resolución que somete a proceso al general Juan Emilio Cheyre tiene sobreabundancia de méritos probatorios que la respaldan. Las torturas a que fueron sometidos todos los que estuvieron presos por razones políticas en el regimiento Arica de La Serena es un hecho indesmentible y conocido por muchas personas", indicó.

Toledo agregó a nuestro medio, que "Mi representado don Hugo Toledo fue brutalmente maltratado bajo una burda imputación y se salvó de ser fusilado gracias a algo absolutamente fortuito"…

Toledo declaró entre otras cosas, que "nos llevaban vendados, dándonos culatazos, hasta un sector 'como unas colinas', muy difíciles de describir, Dos veces visité la colina (...) nos colgaban. Alguien tiraba de un cordel para que uno quedase en el aire. Recuerdo que otro me pegaba para que cayese y, al caer, otra persona me pegaba desde abajo (...) no sé con qué me pegaban, pero era impresionante el dolor (...) me preguntaban por nombres, compañeros de la industria". Los testimonios de Toledo han sido verificados, hasta ahora, vía documentos y declaraciones de otros testigos que reafirman sus acusaciones.

Noticia exclusiva, en desarrollo... 

* Cambio21 - Mario López M.

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