Especial Cambio21. La indignación con Bolsonaro: La verdad de cómo murió el padre de la ex presidenta Bachelet en su celda en la cárcel
El presidente brasileño, el ultra derechista Jair Bolsonaro, lanzó una durísima crítica a la alta comisionada para los derechos humanos de la ONU, la ex presidenta de Chile, Michelle Bachelet, a quien acusó de defender a "vagabundos" y atacó incluso por el lado personal.
"Señora Michelle Bachelet: Si no fuera por el personal de (Augusto) Pinochet, que derrotó a la izquierda en 1973, entre ellos a su padre (Alberto Bachelet), hoy Chile sería una Cuba", dijo Bolsonaro en respuesta a declaraciones de la ex Presidenta chilena, quien criticó la violencia policial y la situación de los derechos humanos en Brasil.
Alberto Bachelet no fue derrotado: Sufrió la brutal tortura mientras estaba detenido en la cárcel
Luego que el presidente brasileño, Jair Mesías Bolsonaro, un ex militar, un extremista, misógino, fascista y adorador de las dictaduras de derechas y de las violaciones de los derechos humanos por parte de las fuerzas armadas, quedó flotando en el aire cómo murió el padre de la presidenta Michelle Bachelet.
Hay varios testigos que vieron los últimos minutos de vida de Alberto Arturo Miguel Bachelet Martínez. Estaba preso en la Cárcel Publica que estaba ubicada en la calle General Mackenna con las esquinas de Amunategui y Teatinos, que comprendía toda una cuadra en el centro de Santiago.
Ahí lo habían llevado para unirse a los presos comunes y a sus compañeros de la Fuerza Aérea, algunos que estaban derechamente contra el Golpe de Estado y otros que por delación de sus propios compañeros, habían sido detenidos y llevados a ese centro de reclusión.
Alberto Bachelet era un general de la FACH y había sido designado en 1972 por el presidente Salvador Allende como secretario de la Dirección Nacional de Abastecimiento y Comercialización (DINAC), cargo en que tuvo que dirigir las Juntas de Abastecimiento y Control de Precios (JAP).
Para el golpe de 1973, el General Bachelet se desempeñaba en la Dirección de Contabilidad de la Fuerza Aérea de Chile (FACh). Como se opuso al Golpe de Estado del 11 de septiembre, fue detenido por primera vez el mismo 11 de septiembre de 1973 en su oficina del Ministerio de Defensa. Liberado esa misma noche, su casa fue allanada el 14 de septiembre y él fue arrestado nuevamente.
Estuvo recluido en la Academia de Guerra Aérea de la FACh (AGA), siendo su director el entonces coronel Fernando Matthei, padre de la actual alcaldesa de Providencia. En dicho lugar fue objeto de interrogatorios y torturas por parte de sus propios compañeros de armas. En diciembre es detenido nuevamente y enviado a la Academia de Guerra de la Fach donde es salvajemente torturado con golpes, corriente eléctrica, sacos mojados sobre su cuerpo para no dejar huellas, quemaduras de cigarros en su pecho y espalda y otras torturas.
En una carta a su hijo Alberto, (que falleció) que vivía en Australia, relataba: "Me quebraron por dentro, en un momento, me anduvieron reventando moralmente —nunca supe odiar a nadie— siempre he pensado que el ser humano es lo más maravilloso de esta creación y debe ser respetado como tal, pero me encontré con camaradas de la FACH a los que he conocido por 20 años, alumnos míos, que me trataron como un delincuente o como a un perro".
Muere en su celda de un ataque cardíaco el 12 de marzo
El día 11 de marzo de 1974 Alberto Bachelet de 50 años es llevado desde la cárcel pública a lo que sería su último brutal interrogatorio. Singularmente 32 y 40 años después su hija, la doctora Michelle Bachelet, ese mismo día llegaba al máximo cargo del país: El 11 de marzo de 2006 y el 11 de marzo de 2014 asumía la presidencia de la República.
El general Bachelet estaba delgadisímo y sufría arritmias. Y la prensa de derecha decía que jugaba basketball. El día que muere, nunca nadie jugó basketball en la cárcel.
Un relato del capitán de la Fach, Jorge Silva, que dormía junto al general Bachelet en su celda para 12 personas señala que el 11 de marzo de 1974, llegó en la noche muy demacrado. Muy angustiado. Y durmió mal. Venía a maltraer luego de la torturas y apremios de sus propios amigos y compañeros de armas.
En Ciper Chile relata lo siguiente del día de la muerte de Bachelet:
"Esa mañana, el general Bachelet y yo estábamos de turno para el lavado de las cosas del desayuno. Y la gente se ha olvidado que precisamente esa mañana fueron a la cárcel el capellán Gilmoure y el capellán de la cárcel a hacer una misa. La hicieron en el patio donde nosotros estábamos. El general Bachelet no fue a la misa, era masón, y nos quedamos los dos en la celda mientras el resto se fue a la misa, porque yo estaba haciendo el desayuno y él estaba lavando la vajilla. Y en un momento él me dijo: “Flaco, me siento mal”. “Mi general, recuéstese en la cama de mi general Sergio Poblete”, le dije.
"Porque ésa era la primera litera de la celda. Se recostó y me dijo: “Pásame la trinitina”. Yo le pasé las tabletas. Se las echó a la boca y me di cuenta que estaba transpirando mucho. Le tomé el pulso y me di cuenta que estaba fuera de control. Recuerdo que grité y le pedí a no sé quien que trajera al doctor Yáñez (Álvaro Yáñez del Villar), otro de los prisioneros políticos. Apenas entró el doctor Yáñez a la celda lo examinó y de inmediato dijo: “¡Está teniendo un infarto!, ¡ayúdame!”.
"Entre los dos lo bajamos de la cama y pusimos al general en el suelo. Y el doctor Yáñez se montó encima de él empezando a hacerle masajes cardíacos. Me acuerdo que incluso trató de sacarle la prótesis dental que tenía y no pudo. Entonces Yáñez me dijo: “¡sóplalo!, ¡sóplalo!, ¡hay que hacerle respiración boca a boca!”. Fue muy impresionante porque todo el resto estaba en la misa y la música de fondo eran los cántos de los presos en la misa: “El señor es mi pastor….”. Una cosa muy siniestra. Estábamos en eso cuando de repente entra el alcaide de la cárcel con el practicante:
-¡Qué está pasando aquí! -dice el alcaide haciendo a un lado al doctor Yáñez.
Cuando el practicante se aproxima, Yáñez lo interpela: “¡¿Qué le va a hacer!?”.
-Le voy a poner adrenalina en la boca –responde el practicante.
-¡No sea ignorante! ¡Cómo le va a poner adrenalina a un hombre que está inconsciente! –dice con urgencia Yáñez.
-¡Qué sabe usted! –lo increpó el practicante.
-Yo sí sé lo que le pasa, porque soy médico –dijo Yáñez y volvió a acercarse al general
El alcaide sacó al practicante de la celda y se lo lleva, cerrando la celda. Nos quedamos con Yáñez adentro y a los pocos minutos vuelve el practicante con una camilla, colocan al general Bachelet sobre la camilla y salen.
El doctor Yáñez relata: “Me fueron a decir que estaba mal, ‘parece que se va a desmayar’. Hablé con el alcaide: ‘está grave el general Bachelet, hay que llevarlo a una unidad de cuidados intensivos’. Tenía un ataque de arritmia, se estaba colapsando. ‘Por favor, hay que llevarlo.
El Hospital J.J. Aguirre estaba a cinco minutos’. Me dijo que no podía hacerlo: ‘La FACh prohíbe sacar a nadie sin autorización’. ‘Pida la autorización telefónica’. ‘No puedo, tengo que mandar un oficio’. ‘Por favor, se va a morir. Yo lo acompaño. Encadéneme a la camilla’. Había que combatir el colapso.
“No se pudo. ‘Se está desmayando’. No tenía pulso y no respiraba. Comenzamos a hacerle boca a boca y masaje cardíaco. Lo llevamos corriendo a la enfermería. Seguimos en lo mismo. A los 20 minutos vi que no logramos crear pulso y dije está muerto dejémoslo tranquilo. ‘Descansa de toda esta porquería’”).
-Usted y el doctor Yáñez lo vieron morir…
Yo tengo la impresión de que el general Bachelet salió muerto de la celda. Y le voy a decir por qué. Porque cuando lo subieron a la camilla, se le soltaron los esfínteres. Yo lo vi. Para no olvidar esos momentos… Y cuando lo hablé con mi mujer, que es enfermera, me dijo que eso pasa cuando una persona se muere. A mi general se lo llevaron a la enfermería y eso es lo que sé, porque nunca más lo vi. Han salido muchas versiones. Muchos han querido ser el último que tuvo a Bachelet en sus brazos, pero la verdad es que sólo estábamos el doctor Yáñez y yo. Nadie más. Excepto el momento en que entra el alcaide con el practicante. La otra mentira que se ha dicho es que el general Bachelet había estado jugando básquetbol en la mañana. ¡Mentira! Porque ese día, por la misa, no se jugó básquetbol. Y a ella concurrieron los uniformados que estábamos presos y también fueron civiles presos".
Según el informe de su muerte, Alberto Bachelet, de 50 años, falleció a causa de "un paro cardiorrespiratorio producto de la mala condición física y psicológica en que había quedado".
En noviembre de 2014 fueron condenados como autores de las torturas los coroneles Edgar Cevallos y Ramón Cáceres, ambos a cuatro años de presidio, inhabilitación absoluta para derechos políticos y también inhabilitación absoluta para cargos y oficios públicos durante el periodo que dure la condena. Ceballos murió en febrero de este año 2019. Cáceres aún vive.
Los nombres de los torturadores de la Academia de Guerra de la FACH (AGA) quedaron grabados en la memoria de los detenidos y contra ellos se interpusieron nuevas querellas. Varios de ellos ya han fallecido.
Los torturadores del AGA:
Orlando Gutiérrez Bravo, General (r)
Sergio Lizosoain Mitrano, Coronel (r)
Julio Tapia Falk, Abogado
Cristián Rodríguez, Asesor legal
Jaime Cruzat, Asesor legal
Víctor Barahona, Asesor legal
Jaime Lavín Fariña, Comandante de grupo (r)
León Duffey, Comandante de Escuadrilla (r)
Edgard Ceballos Jones, Comandante de Grupo (r)
Ramón Cáceres Jorquera, Comandante de Escuadrilla
Florencio Dublé, Capitán (r)
José García Huidobro, Teniente (r)
Juan Soler Manfredini, General (r)
Eduardo Fornet, Coronel (r) que se desempeñaba como secretario de la FACH;
Carlos Cáceres, Comandante de Escuadrilla (r) piloto,
Gonzalo Pérez Canto, Comandante de Escuadrilla (r) piloto,
Alvaro Gutiérrez, Capitán de Bandada (r) piloto,
Víctor Mettig, Capitán de Bandada (r) piloto,
Juan Carlos Sandoval, Teniente (r)
Franklin Bello, Teniente (r)
Juan Norambuena, Suboficial (r)
Hugo Lizana, Sargento de Aviación (r)
Humberto Berg Fontecilla, Coronel médico de la FACH (r)
Sergio Sanhueza López, Coronel Ingeniero
Javier Lopetegui Torres, Coronel (r) piloto
Carlos Godoy Avendaño, Comandante de Grupo (r) piloto
* Cambio21 - Alfredo Peña